jueves, 28 de mayo de 2009

Cima del placer

Un intenso placer naciente,
de un leve roce al pasar,
va invadiendo si freno la mente,
avanzando y sin vacilar.

Una brisa de aire caliente,
recorre deprisa la piel,
erizándola febrilmente,
como a un fino papel.

Cosquilleos inundan el cuerpo,
Haciéndolo intensamente danzar,
Llevar frenéticamente un ritmo,
El del creciente gozar

Entre espasmos y jadeos,
el placer comienza a estallar,
entregándose así dos almas,
que por siempre unidas irán.