Siento una gran impotencia cuando, sin ser consciente, te persigo con la mirada mientras tú te desplazas de un lugar a otro, ignorando mi interés hacia ti.
Me causa mucha tristeza descubrirme pensándote tan a menudo… y soñándote, y buscando excusas para poder verte y que hables conmigo…
Trato de rehacer mi vida, de olvidarte, pero siempre hay un punto, por el cual acabo fracasando en mi intento… Normalmente es mi falta de paciencia, o quizás es tu insistencia por hablarme, quien sabe… No puedo culparte, pues, sé que tú no sabes nada, ni tampoco quiero que lo sepas. Es solo que es muy doloroso ver tu forma de tratarme (como un padre trataría a su hija). Claro, que aquí hay una diferencia: Ni yo soy tu hija, ni nada parecido. Pero aún así, tú juegas a adjudicarte ese rol que no te pertenece. A veces, simplemente estás pendiente de mí, y otras verdaderamente actúas de padre. También juegas mucho a picarme, o tratar de ponerme celosa (al menos yo lo interpreto así porque, ¿qué explicación se le da a que, cada vez que pasas por mi lado, comentes a cualquiera de las chicas que hay alrededor?).
Estaría bien que tú pusieras un poco de tu parte. Sólo eso, ayudarme para que así yo continúe viviendo, y no me vuelva loca si no te veo, o no hablo contigo.
Para que así dejes de ser mi droga maligna. Porque te has convertido en eso: Una droga muy peligrosa que va afectando poco a poco, y pasando desapercibida por mi cabeza. El problema, que en este caso la metadona no sirve…
¿Me harás ese favor de dejar que avance?
Me causa mucha tristeza descubrirme pensándote tan a menudo… y soñándote, y buscando excusas para poder verte y que hables conmigo…
Trato de rehacer mi vida, de olvidarte, pero siempre hay un punto, por el cual acabo fracasando en mi intento… Normalmente es mi falta de paciencia, o quizás es tu insistencia por hablarme, quien sabe… No puedo culparte, pues, sé que tú no sabes nada, ni tampoco quiero que lo sepas. Es solo que es muy doloroso ver tu forma de tratarme (como un padre trataría a su hija). Claro, que aquí hay una diferencia: Ni yo soy tu hija, ni nada parecido. Pero aún así, tú juegas a adjudicarte ese rol que no te pertenece. A veces, simplemente estás pendiente de mí, y otras verdaderamente actúas de padre. También juegas mucho a picarme, o tratar de ponerme celosa (al menos yo lo interpreto así porque, ¿qué explicación se le da a que, cada vez que pasas por mi lado, comentes a cualquiera de las chicas que hay alrededor?).
Estaría bien que tú pusieras un poco de tu parte. Sólo eso, ayudarme para que así yo continúe viviendo, y no me vuelva loca si no te veo, o no hablo contigo.
Para que así dejes de ser mi droga maligna. Porque te has convertido en eso: Una droga muy peligrosa que va afectando poco a poco, y pasando desapercibida por mi cabeza. El problema, que en este caso la metadona no sirve…
¿Me harás ese favor de dejar que avance?