Su vida va pasando por paradas y ella ve, que cada madrugada va calando en su ser, que poco a poco entrega, en cada amanecer, toda su inocencia, la miel del ayer.
Cuando era pequeñita la adoraban sin saber, que de mayor sería, la diosa del placer, ella obtiene todo lo que quiere la mujer, pues es amada, lista y bonita a la vez.
Pero hay algo que atormenta, el fondo de su alma, que poco a poco la absorbe, y le roba ya la calma. Todo el mundo especula, sobre cuál será la causa. Si será por mal de amores, salud o añoranza.
Sus días se convierten, sin saber por qué, en una gran rutina, escasa de placer, ella tan sólo quiere, volver a renacer, y revivir momentos, cambiarlos tal vez.
Al llegar la noche, se inunda del deber, de recordar sus sueños, todo su poder, le invaden los recuerdos enterrados en la piel, que descansan inmersos en ternura y dejadez.
Pero hay algo que atormenta, el fondo de su alma, que poco a poco la absorbe, y le roba ya la calma. Todo el mundo especula, sobre cuál será la causa. Si será por mal de amores, salud o añoranza.
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