Añoro esa luz en tu mirada,
Aquella que me iluminaba.
Ahora mis días son tenues,
Y las noches eternas y apagadas.
Añoro el calor de tu abrigo,
Aquel dulce resguardo,
El escondite de mi alma,
Mi refugio más preciado.
Añoro el cántico de tus risas,
Mi música preferida,
El sonido que más me inspira,
La más perfecta de las melodías.
Te añoro constantemente,
Me hace falta tu compañía.
Mas sé que aunque sin cesar lo intente,
Mi consuelo es la melancolía.
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